Primero, algo de contexto. El año era 1997. Radiohead había sacado su tercer disco OK Computer, un álbum muy particular, lleno de letras abstractas y una sonoridad con muchas capas sobre el imparable consumismo y la alienación social y emocional que esto puede generar, que se convertiría en el mas exitoso del grupo, tanto comercialmente como con la crítica, hasta ese momento, y que tendría un impacto importantisimo en la música, generando un cambio de estilo en la escena británica (dominada por el britpop por ese entonces) e influenciando a muchas bandas por venir (Muse, Coldplay, por nombrar algunas). Ahora, como es normal en la industria musical, con un nuevo disco recién salido del horno, los cinco de Oxfordshire salían de gira mundial para promocionarlo, que incluía tocar por primera vez en Glastonbury como uno de los actos principales. ¿Qué mas se puede pedir, no? ¿Habían cumplido el sueño del pibe, de toda banda, no?
¿Qué hace que este documental se destaque del resto? Fácil, su forma de retratar como es la vida de una banda en pleno tour, con millones de entrevistas en el medio, el mismo setlist de canciones una y otra vez y tener todos los ojos encima tuyo esperando ver cual va a ser tu próximo movimiento. Creo que nunca vi una película de este tipo, que cuando se termina lo menos que queres es pegarla en la música. Usualmente, estos documentales tienden a mostrar, de una forma casi plástica, lo maravilloso que es ser un músico famoso, como todo es color de rosa con arcoiris y unicornios, tenes una horda de fans que te adora y como al final, los sueños realmente se cumplen (la sensación de falsedad alrededor de estos films es inevitable). Acá, la realidad atraviesa la pantalla y te da una cachetada. Sentís la monotonía en la que se siente atrapada la banda, el agobio de no poder salir de un ciclo interminable de recitales, entrevistas repetitivas y entregas de premios (les juro que después de un rato escuchar el inicio de "Paranoid Android" por décima vez es casi una tortura). Mas cuando uno se da cuenta que estos son chicos de veinti tantos que se encuentran en una situación de conflicto consigo mismos y el nivel de atención y presión que hay sobre ellos. Para el final de la gira, Thom Yorke, el cantante, pasaria por un periodo de depresión por el temor de nunca poder salir de la sombra de OK Computer y que la banda fuera etiquetada como algo de "un solo truco".
En este película la transparencia es todo. Soy de las que piensan que los films mas interesantes de este estilo, que documentan grupos musicales, son los que muestran a los artistas tal como son, imperfectos, usualmente con uno o dos problemas que no saben como resolver, con ciertas características que chocan con otro de los integrantes de la banda, porque se sienten reales y hasta identificables. Supersonic, Some Kind Of Monster o No Distance Left To Run son atrapantes porque nos dejan ver como algunos de los artistas mas importantes de la industria se relacionan con los demás a su alrededor y nos acercan un poco mas a entender como funciona su cabeza y los posibles motivos para su modo de comportarse (además, seamos sinceros, el bardo es algo que nos encanta ver).
Para todos los fans de Radiohead y amantes de la música en general, no dejen pasar este documental, esta bien accesible en YouTube subtitulado en buena calidad. Realmente es una mirada distinta a todo lo que implica ser un músico con éxito y fama y da contexto al cambio sonoro que la banda llevaría adelante para su próximo disco, Kid A, y que los terminaría de establecer como uno de los grupos mas importantes en la música del nuevo siglo (parece que todo pasa por una razón, ¿no?).