lunes, 13 de agosto de 2018

The Guest (2014)

Hablemos sobre la década de los 80, esa década que muchos extrañan y otros no vivimos pero que, como diría Sabina y al mejor estilo "Midnight in Paris", añoramos lo que nunca jamás pudimos experimentar. ¿Qué es lo que hace que esos años sean tan queridos? Básicamente, todo lo que gire alrededor del campo artístico (porque si nos fijamos en lo político, económico y social ya no dan tantas ganas de revivirlos), la música, el surgimiento y auge de tantas bandas y músicos que ahora son considerados de los mas grosos, las películas de terror sobrenatural, de acción, las comedias adolescentes y de fantasía dominaban las taquillas, y la moda, con esos afros llenos de fijador, aros gigantes, polainas, ropa de colores bien brillantes y muchas hombreras. Todo este amor ochentoso es la razón de porque en estos últimos años venimos experimentando homenajes y productos de lo mas variados empapados de esa nostalgia por un tiempo que habría sido mejor. Están los que solo buscan aprovecharse de esta tendencia actual para hacerse de unos pesos extra, teniendo como resultado series, films o álbumes sin ningún tipo de propósito y carentes de pasión. Del otro lado tenemos a quienes realmente siente cariño por esta década y lo que representa y solo buscan hacer un tributo a aquello que les dio tantas alegrías (Stranger Things es un gran ejemplo), y la película de hoy entra sin problemas en este último grupo, la que es una linda carta de amor a las cintas de terror de los 80: The Guest (El Invitado en español).
¿De qué va la historia? Los Peterson son una familia que hace muy poco perdieron a su hijo mayor en la guerra de Afganistán y lidian como pueden con esa tragedia. Un día, cerca de la fecha de Halloween, cae un desconocido en su casa, un tal David Collins (interpretado por el británico amado por tu mamá hasta tu hermana, Dan Stevens, mas conocido como Matthew Crawley en Downton Abbey y la bestia en la última remake de la Bella y la Bestia), que dice haber conocido a su hijo en el ejército. Con su carisma y encanto David se va ganando uno a uno a los miembros de la familia y logra que lo inviten a quedarse unos días en su casa, ayudando en distintos aspectos familiares. Las cosas parecen mejorar para los Peterson, pero este nuevo invitado parece tener un par secretos que podrían reaparecer.   
¿Qué hace que se destaque esta película entre tantas producciones que apuntan a los fanáticos del terror ochentoso? Un par de cosas. Primero, la parte de homenaje se siente genuina y esta muy bien hecha. Las influencias de John Carpenter están ahí, desde ciertas piezas instrumentales que recuerdan a las composiciones que el director realizaba para sus propios films, hasta ciertos ambientes que retrotraen a la cinta Halloween. También se siente la presencia del Terminator de James Cameron, con una amenaza imparable que siempre esta un paso adelante. Por suerte, el dúo de Adam Wingard, el director (que después dirigiría el desastre que fue la adaptación de Death Note para Netflix), y Simon Barrett, el guionista, saben que el género de horror tenia fallas o ciertas características medio cursis y las abrazan, dando como efecto final una mezcla de suspenso, acción y pizcas de comedia con las explicaciones justas y necesarias y con un final que, sin exagerarles, me dejo aplaudiendo a la pantalla de la computadora.   
Lo segundo, las actuaciones de los protagonistas. Dan Stevens muestra sus capacidades actorales con este papel, donde pasa de la pura simpatía a dar miedo en un pestañeo, que después terminaría de explotar protagonizando la serie Legion. Desde que aparece, sabes que hay algo mal con este personaje misterioso pero tiene tanto carisma que terminamos poniéndonos de su lado de a ratos. Maika Monroe (que el mismo año también seria la protagonista de It Follows) es quien va a desconfiar de David y hacerle frente cumpliendo el rol de la Sarah Connor de esta década con creces. Mención aparte a la banda de sonido, llena de canciones con sintetizadores por doquier que van como anillo al dedo con el ambiente que la cinta busca evocar. 
Así que si andan con ganas de ver un film entretenido, con tiros, buena música, actuaciones atrapantes y que a su vez es un lindo tributo de género, miren The Guest. Es corta (dura una hora y media), concisa y te deja con ganas de chusmear esas películas a las que hace honor.