¿De que va la historia? Nomi Malone (interpretada por Elizabeth Berkley, conocida por participar en el show infantil de Nickelodeon, Saved By The Bell, buscando con este papel algo que Miley Cyrus también buscaría casi dos décadas después, sacarse la imagen de estrella infantil con una sexualización intensa y repentina) llega a Las Vegas con la idea de convertirse en una bailarina de esos enormes shows que ofrecen los hoteles/casino de ahí. Por las vueltas de la vida se hace amiga y termina viviendo con Molly, una modista que trabaja para un show topless muy importante. Mientras espera su oportunidad para brillar, Nomi consigue trabajo en un bar de striptease. Gracias a Molly, Nomi va a entrar, de a poco, en el mundo del que ella tanto desea formar parte, pero tal vez las cosas no sean tan glamorosas como a ella le parecían.
¿Qué es lo que hace de esta película un verdadero disfrute de ver? Cada elemento que constituye al conjunto suma su pequeño grano de arena para lograr ese efecto humorístico no deseado, pero el destacado indiscutible es el guión. Escrito por Joe Eszterhas (que venia de los éxitos de Flashdance y Basic Instinct) a partir de mas de 200 entrevistas a strippers que trabajan en Las Vegas, la historia buscaba reflejar la explotación que experimentaban las strippers en dicha ciudad, como las bailarinas eran humilladas, usadas y verbal y físicamente abusadas por los hombres poderosos. Pero del dicho al hecho hay un largo trecho, y lo que parece solido en papel puede resultar algo totalmente distinto al momento de pasarlo a la cámara. Diálogos irrisorios, subtramas paralelas que no van a ningún lado y no suman nada al desarrollo del film, momentos al borde del ridículo, una protagonista mal escrita a la cual que resulta irrealizable alentar para que logre sus objetivos, una de las mejores peores frases que escuché en mi vida (atentos a la discusión sobre el trabajo de stripper de Nomi entre ella y uno de sus intereses romáticos, James). Todo contribuye a la experiencia de estar expectantes y atentos a con que situación al límite de lo absurdo nos va a sorprender el guión a continuación.
Imposible no mencionar a las actuaciones, lideradas por una Elizabeth Berkley desesperada por que la tomen como una actriz madura y seria, apareciendo en topless en casi el 75% de la película y protagonizando escenas de sexo anatómicamente impracticables (no seria raro que Tommy Wiseau las hubiera usado de inspiración para realizar las escenas de sexo de The Room) y con una cara de pocos amigos y un casi inexistente carisma. También cabe destacar a Kyle MacLachlan (Dale Cooper para los fans de Twin Peaks) como un "villano" que jamás funciona, con un corte taza a medio hacer y celular siempre en mano, aunque el intento es mas que apreciable. Mención aparte para las coreografías, que son menos coreografías y mas un conjunto de piruetas y movimientos bruscos que alguien pensó que eran sensuales (en el Bailando de Showmatch han habido cosas mas elaboradas y elegantes). Paul Verhoeven, el director, mas conocido por sus cintas de ciencia ficción como Robocop y Total Recall, no sabe como filmar escenas de baile, a pesar de sus ganas de que esta cinta fuera la realización de su deseo de hacer un gran musical estilo MGM.
Showgirls es algo que debe ser experimentado por uno mismo para entender el fenómeno de consumo irónico en el que se convirtió con el pasar de los años, salvandola del olvido luego de haber fracasado estrepitosamente en la taquilla y ser vapuleada por los críticos. No duden en mirarla y disfrutar de una comedia inintencional, perfecta para una juntada entre amigos con alcohol de por medio. Sus dos horas de duración ni se sienten con tanta cosa mal hecha para observar. Eso si, no es recomendable verla con familiares cerca si se quieren ahorrar momentos de incomodidad.