Después de unas vacaciones y siguiendo en la vena de películas tan malas que son buenas, en la entrada de hoy se va a tratar una cinta bastante particular. Porque si bien se la puede agrupar dentro del mismo subgénero en el que también se encuentra Showgirls, puesto que ambas apuntaban al éxito y compartían ser proyectos ambiciosos, para fallar espectacularmente y por último ganar un público devoto convirtiéndose en un film de culto, las circunstancias de producción, su distribución y la causa de su nueva fama no podrían ser mas diferentes una de la otra.Y mientras que una parte de lo que hace tan notables a las cintas de culto como The Room o Plan 9 From Outer Space es el fenómeno que se arma alrededor de ellas, con gente vistiéndose como alguno de los personajes o llevando elementos significativos al film para participar de la proyecciones, en este caso el verdadero tour de force es la película en sí. Estoy hablando de ni mas ni menos que la que es considerada por varios como la peor película uruguaya, el nuevo clásico para juntadas con amigos: Acto De Violencia A Una Joven Periodista.
Primero lo primero, ¿de qué trata el film? Como bien su título indica, nuestra protagonista es Blanca (interpretada por Blanca Giménez, cuya carrera actoral después de esto es 404 error not found), una periodista radial que se encuentra en el medio de la realización de un informe sobre la violencia (así de general como suena). A su vez, gracias a su "única" amiga, Blanca conoce y se enamora perdidamente de Carlos. Pero no todo es color de rosa en la vida de la joven periodista. Un asesino psicópata sigue bien de cerca los pasos de nuestra protagonista con el único motivo de venganza contra ella y todos sus seres queridos.
¿Qué es lo que hace especial a esta cinta de la que probablemente jamas escuchó hablar en su vida? Tranquilamente podría adjuntarles el link del vídeo que hizo Te Lo Resumo Así Nomas donde en un minuto da suficientes razones para verla (mírenlo igual porque esta genial) pero si tuviera que describirlo en una sola palabra, bah, dos, seria: bajísimo presupuesto. El director, Manuel Lamas (de quien se sabe poco y nada y que solamente a partir de investigación en 2106 se dio a conocer que habia muerto en el 2004) no tenia ni un peso partido al medio a la hora de realizar el proyecto de su sueños, por lo que no solo se ocupo de la dirección y el guión sino también de la producción, la edición y de la musicalización. Como un Tommy Wiseau uruguayo pero sin ambiciones de ser actor y sin los millones de dolares de precedencia sospechosa. Pero Lamas se había puesto un objetivo, ni el Estado ni una gran productora iba a financiar su película. No señor, este iba a ser el primer video-film sin el apoyo de ningún subsidio o ayuda especial que iba a servir de inspiración para próximos cineastas de seguir este camino (como bien se puede ver en el texto escrito en papel del principio que Lamas filmó, porque ni siquiera había presupuesto para armar uno en postproducción). Sin embargo, el uruguayo se las ingenió para recibir algo de dinero de empresas privadas como Coca Cola, Wrangler, Hotel International ofreciendo poner "sutiles" propagandas de las mismas a lo largo de la cinta, o incluyendo marcas igual y luego exigirles que le pagaran. A pesar de todo su esfuerzo, la casi inexistencia de un presupuesto se nota, mucho, pero ese es parte del encanto de la película. Filmado con una sola cámara (olvídense de variedad de planos porque mover la cámara y repetir la escena era mucho trabajo) y editada con, lo que parece, dos videocaseteras, por lo que la calidad visual y sonora se asemeja mas a un vídeo casero que hizo tu papá para tu primer cumpleaños que un film para estrenarse en cines.
El guión es lo otro que brilla maravillosamente, lleno de inconsistencias y cambios de rumbo hermosos, elevado por actuaciones de gente cuyo único crédito actoral es esta cinta. Si bien el personaje del asesino desarrolla su sed de venganza y arma su plan (el momento donde se va hasta las orillas del río para gritar a los cuatro vientos lo que planea hacer es un placer de ver) en el comienzo, la primer media hora de la película se podría clasificar casi como semidocumental ya que se nos muestra, sin ningún tipo de corte o edición, las entrevistas completas que Blanca hace sobre la violencia; para que los siguientes 40 minutos sean una película romántica donde vemos a la protagonista vivir un apasionado romance con el primo de su mejor amiga; hasta que en los últimos 20 minutos el asesino decide poner su plan en acción. En el medio hay escenas del calibre de un momento musical que nada tiene que ver con nada con el simple propósito de hacer publicidad a un cabaret o una cena que incluye panchos. Asimismo somos deleitados con conversaciones sobre nacionalismo, identidad nacional y devolverle al país lo que nos dio al crecer, y escenas con un gran sentido de cotidianidad e intimidad como tener una charla post-sexo sentados en la cama con una teta al aire sobre que comer después.
Mientras que Showgirls fue ganando el estatus de culto gracias a su edición en VHS y las repeticiones en la televisión, Acto de Violencia se hizo conocida a partir de que un amigo del director subiera la película a YouTube en el 2010, donde puede ser encontrada hasta el día de hoy, siendo usada para las proyecciones que se organizan todos los años en Montevideo y que de a poco se están realizando en Buenos Aires. Y ahora yo les traigo la idea de utilizarla en reuniones de amigos como juego de bebida porque funciona perfectamente como tal. Tomen un trago cada vez que: aparezca alguien tomando una Coca o algún otro tipo de publicidad obvia, aparezca la voz en off de alguien leyendo con la pasión de quien lee la lista del super, alguien diga "Date vuelta", alguien diga "Bebote", cuando se use un innecesario slowmotion, cuando el sonido se corte para que empiece a sonar la banda de sonido. Si se les ocurre alguna mas bienvenidos.
Si necesitan mas motivos para ver la película la verdad que ya no se que decirles. Diversión asegurada para toda la familia (¿?), un verdadero espectáculo que debe ser experimentado en su gloriosa hora y media de duración al menos una vez en la vida, un regalo de nuestros vecinos uruguayos.